Las labores de restauración ecológica en las marismas en Txingudi, el estuario del Bidasoa, llevadas a cabo por la Diputación Foral ya han finalizado. Desde junio hasta octubre, se ha trabajado en la zona de Jaitzubia para recuperar 2,5 hectáreas de marisma, mediante la eliminación de munas y estructuras artificiales, realizar labores de limpieza en la zona y realizar plantaciones de especies de la zona tales como tamarindos, saúcos, robles y espinos en los nuevos taludes generados. Asimismo, los y las técnicas de la diputación han logrado, gracias a los cálculos hidráulicos realizados, restablecer la dinámica natural de las mareas de la zona, favoreciendo los procesos de inundación y drenaje que caracterizan estos ecosistemas de marisma salina.
La diputada general, Eider Mendoza, ha visitado hoy junto con el diputado de Equilibrio Territorial Verde, Xabier Arruti y el alcalde de Hondarribia, Igor Enparan, la zona de Jaitzubia. Mendoza ha valorado positivamente las labores realizadas porque “además de recuperar el ecosistema del humedal, mediante este tipo de intervenciones, contribuimos en la disminución del riesgo de inundación en el entorno”. La diputada general ha puesto en valor el papel que juegan nuestros humedales y marismas a la hora de afrontar el cambio climático y la importancia que tiene trabajar en el cuidado, la recuperación y la protección de estos espacios. “Realizar trabajos como el acometido en Jatizubia significa tomar la iniciativa en la lucha contra el cambio climático y trabajar para que las futuras generaciones cuenten con un territorio mejor, más verde y más equilibrado, al mismo tiempo que protegemos la zona evitando el riesgo de inundaciones derivados, entre otros aspectos, del incremento del nivel del mar” ha manifestado Mendoza.
Por su parte, el alcalde de Hondarribia, Igor Enparan, ha subrayado la relevancia de los trabajos realizados en Jaitzubia: “Hondarribia tiene la suerte de convivir con uno de los espacios naturales más valiosos de Euskadi, y tenemos también la responsabilidad de cuidarlo. Lo que se ha hecho en Jaitzubia es un paso firme en esa dirección. No se trata solo de evitar daños, sino de construir resiliencia, de anticiparnos al futuro.”
El balance de los trabajos realizados en la zona ha sido muy positivo, ya que, además de haberse recuperado el entorno, se han creado tres charcas de agua dulce donde está previsto trasladar ejemplares de sapo corredor. El objetivo es convertir este sitio en un nuevo hábitat para esta especie en peligro de extinción, que en Gipuzkoa únicamente se puede encontrar en esta zona.
Gracias a la recuperación de la marisma, este otoño el espacio ha servido como área de paso para diversas aves, entre ellas el morito común, avistado por primera vez en la zona y la espátula común, procedente de los Países Bajos y actualmente en ruta migratoria hacia el sur de la península ibérica.
Las marismas de Txingudi en el estuario del río Bidasoa pertenecen a la Red Natura 2000, es decir, la red europea de espacios protegidos. Este enclave está incluido en la Zona de Especial Conservación y designado como zona de Especial Protección para las Aves, el único espacio de estas características en el territorio. Asimismo, está reconocido internacionalmente como Área de Importancia Internacional para las Aves y Humedal de Importancia Internacional. “Se trata de una de las zonas húmedas de mayor valor ecológico de Euskadi” ha recordado Mendoza.
LIFE Humedales
Tras los trabajos realizados en la marisma de Jaitzubia, la diputación prevé continuar con las labores de restauración de la zona. Se espera, así, firmar el acuerdo de financiación de 1,4 millones de euros con la Unión Europea para avanzar en la recuperación de zonas húmedas de alto valor añadido en el marco del proyecto LIFE Humedales.
En concreto, tras la firma del acuerdo, se plantea recuperar la marisma de San Pablo, en Jatizubia, situada a escasos metros de la zona restaurada. Actualmente es un espacio aislado de las mareas por un lezón perimetral y equipado con sistemas de drenaje que permiten evacuar el agua de lluvia. El objetivo es recuperar la dinámica natural de la marisma, mejorar los hábitats y fomentar la biodiversidad, con criterios de sostenibilidad. La recuperación de esta nueva zona supondrá, además, rebajar en 11 centímetros la subida del nivel del agua.
El proyecto LIFE Humedales, se va a desarrollar en el marco del “Plan Estratégico de Humedales 2030” junto con otras administraciones y entidades colaboradoras”. Tanto los trabajos desarrollados a lo largo de estos meses, como los que se prevén realizar suponen una apuesta firme por la conservación de los humedales en el territorio y refuerza el compromiso de Gipuzkoa con los objetivos europeos en materia de biodiversidad y restauración ecológica a fin de garantizar el equilibrio territorial verde del territorio en beneficio de la ciudadanía.
