Ana Flor lleva dos años sin poder entrar a su vivienda de Bermeo por unos ocupas en los que confió. La mujer ha relatado que dejó las llaves del domicilio a un conocido para que pasara en él «un par de días», que finalmente se han convertido en años.
Ana Flor puso la correspondiente denuncia, estuvo esperando un año y medio para un juicio, pero finalmente no se celebró debido a que el caso fue archivado alegando que los presuntos ocupas están empadronados en la vivienda. Entonces, la propietaria fue a la Ertzaintza a poner una denuncia por usurpación de vivienda. A pesar de que tenían establecido el día del juicio, dos días antes de su celebración les comunicaron que se había suspendido “porque no les localizaban”.
Por su parte, los presuntos ocupas han manifestado que establecieron un contrato oral de alquiler con la mujer, algo que la propietaria desmiente rotundamente.
Ante esta situación, sin saber qué más hacer, Ana Flor ha cogido una silla de playa y se ha sentado frente al domicilio en cuestión para lograr una respuesta.
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